Por Miguel Araneda
La derecha, ante todo reaccionaria, para esta época va con 2 candidatos presidenciales a sus primarias; uno de ellos es el señor Pablo Longueira, ingeniero civil de la Universidad de Chile, presidente de la vertical “Federación de centros de estudiantes” de dicha universidad en 1980, ente formado por el rectorado militar para “representar” al estamento estudiantil, conformado por los centros de estudiantes “oficiales” y cuyos directivos eran nombrados a dedo por las autoridades designadas de la universidad; miembro del fundador de la UDI, dirigente de su departamento poblacional (orgullo del partido que estaba destinado a arrebatarle los pobres al marxismo y al clero rojo), dirigente partidario y parlamentario en muchísimas ocasiones (nunca salió del congreso desde 1990 hasta 2011), ministro de estado en la cartera de economía y hoy abanderado de la UDI.
Este señor tan polémico no ha dejado nunca el centro de la controversia, su defensa de la dictadura fascista, sus contactos con la criminal “colonia dignidad”, sus declaraciones, conjuntas con Joaquín Lavín, que acuñan el concepto ambivalente y totalmente transicional transversal “Bacheletismo aliancismo”, sus proyectos de ley homófobos y sus acuerdos de estado con la Concertación, sin contar el incidente espiritual con Jaime Guzmán (cosa que claramente no es de este mundo) nos llevan a pensar mucho sobre él y sobre su personalidad; un UDI popular, así podría definirse; un político de derecha metido “en el barro…con la gente” como tanto se ufanan los miembros de la cofradía gremial, estos hombres llamados a salvar a Chile del materialismo marxista ateo que destruye el mundo cristiano occidental, desde las poblaciones, desde lo ínfimo, desatomizando el corpus social y político del orden “republicano”, “democrático”, de esa democracia de latifundios y voto cohechado.
Hoy, este señor, habló en el norte del país, en Copiapó, el viejo centro de la riqueza nacional, en un lujoso hotel, como es la costumbre de estos candidatos, sobre un tema, que en lo personal ha de llamar profundamente la atención y la alarma. El candidato habló, en un enunciado totalmente repulsivo y asqueante, contra los inmigrantes del norte, señalando “que nos comprometemos con una nueva ley de inmigrantes, porque no podemos tener la inmigración ilegal que tenemos”; una nueva ley de inmigrantes, curioso teniendo en cuenta los criterios más que estrictos que bajo este gobierno se han impuesto en todas las fronteras del país, como los puestos fronterizos terrestres tanto como en aeropuertos, es decir, el candidato acá señala que ya todas esas medidas represivas contra las personas de otros países no son suficientes y hay que legislar al más alto nivel para impedir que tenga posibilidad alguna de entrar como entran hasta ahora; curioso.
El candidato continua: “esto está afectando a todas las regiones del norte del país, porque muchos de estos inmigrantes ilegales que están ingresando al país, lo hacen perjudicando a los chilenos”; veamos bien lo que dice el candidato acá. El candidato sostiene que este fenómeno genera un desmedro sustancial a la economía del norte chileno, pujante a ojos vista…pero ¿afectará realmente la economía del norte la presencia de inmigrantes, teniendo en cuenta que, acorde a cifras objetivas, la cesantía en dichas regiones es nula, sin excepción de chilenos o no?, el candidato se lanza a desatar el chovinismo más primitivo en esta frase, ya que no tiene asidero alguno. Sigamos: “muchos de ellos están obteniendo puestos de trabajo que estarían obteniendo mujeres chilenas”; el lugar donde el señor acá pone a la mujer chilena frente al inmigrante es un terrible ejercicio de discriminación verbal, una agresión abierta, ya que daría a entender al chileno de a pie que el inmigrante quita trabajos que con seguridad serían para mujeres chilenas, de paso dando a entender que las mujeres chilenas están destinadas a estos trabajos que, realizados por inmigrantes, son de “segunda clase”. Continua Longueira: “están usando infraestructura en la salud y la educación”, claro…muchos chilenos mueren enfermos y analfabetos por culpa de los inmigrantes. Sigue: “no nos oponemos a que ingresen extranjeros al país” y aquí la cosa agarra forma, “por eso necesitamos una nueva ley inmigratoria porque queremos que el desarrollo económico lo disfruten primero los chilenos”; me pregunto qué clase de “extranjeros” habla a estas alturas el candidato y segundo ¿el desarrollo económico primero para los chilenos?
Continua: “…y aquellos que ingresen legalmente al país, no como ya está ocurriendo que crecientemente y ya no solamente de los países vecinos como en el caso de Perú y Bolivia, sino que estamos viendo colombianos, centroamericanos y tenemos que actuar con sentido de oportunidad así que este es un compromiso con las regiones del norte, va a ser precisamente crear una nueva ley inmigratoria que permita regular el ingreso de extranjeros a Chile”, precisando en ronda de preguntas que se refería a como ingresan y cuantos, “de acuerdo a una legislación moderna”, señalando también que del desarrollo “nos pilló con una legislación que está afectando a los chilenos” y recalcando que “así me lo han manifestado y así lo vi como ministro de economía.”
Sobre el ingreso de extranjeros el candidato no está ofreciendo otra fórmula que la abierta discriminación fronteriza que ya se efectúa, pero de forma “legal”, considerando el presupuesto absolutamente provinciano tan propio de la oligarquía que jamás negará el ingreso a alguien de lo que ellos consideren un país civilizado, a menos que ingrese con los ya clásicos US$ 1000 de requisito, cifra irrisoria para alguien que busca trabajo en el campo de la construcción o el servicio doméstico como es común ejemplo.
En efecto el grueso de lo que el candidato en cuestión llama “ilegales” provienen de Latinoamerica, lugar que la oligarquía chilena ha rechazado desde su origen, y son trabajadores, cesantes, gente común y corriente que cree en el “modelo chileno”, que ve sus resultados y que raudos se movilizan, se desplazan hacia donde se les aparece una luz de esperanza frente al hambre y la miseria características de nuestra región. Cuando descarado es Longueira en criticar a trabajadores que viven las peores condiciones laborales de todo el país, cualquiera excepto ellos viven condiciones que podrán ser inhumanas, pero jamás como estos, porque los ilegales venden su trabajo en condiciones totalmente esclavizantes, sin ninguna garantía legal en su favor, muchas veces avenidos al país fruto de la trata de personas, una de las prácticas más criminales que existen (si, tanto como la hiperexplotación que después viven acá). Hombres y mujeres que buscan emprender en un país ajeno debería ser una máxima que el modelo y sus exponentes deberían defender, claro si eres de origen europeo y tienes mucho dinero, tal como nuestros “emigrantes” Paulmann, Angelini, Luksic y Matte, quienes se dan el trabajo de ganar plata a costa del trabajo enajenado de estos mismo peruanos, bolivianos, colombianos y centroamericanos (cuando entendemos que Longueira se refiere a caribeños), pero en sus propios países, explotación a domicilio en condiciones de privilegio; cuan asqueante puede ser el planteamiento que hace Longueira, muchos idiotas de la reacción se alegrarán de señalar que “vivimos los problemas del primer mundo”, claro, mucho de ello tiene que ver con la cuestionada imagen de los estados europeos, antiguas potencias coloniales, y su trato a sus propios inmigrantes provenientes de Asia, África y América Latina, donde prima el racismo y la discriminación, incluso a grados mortales, no mucho atrás la muy “civilizada y socialista” Suecia tuvo su estallido racial dado el inexplicable asesinato por parte de un policía contra un hombre de origen africano, tendencia transversal a Europa; esa clase de problemas tendremos que enfrentar con una nueva legalidad que restringa los inmigrantes de nuestra región sostiene el candidato Longueira, sin medir las consecuencia que esto puede tener para Chile en el exterior.
La oligarquía chilena hace 100 años aproximadamente señaló exactamente lo mismo, el norte tenía demasiados extranjeros (lógicamente los mismo peruanos y bolivianos) y desató contra ellos una violenta campaña a cargo de pandillas de vándalos y criminales de toda ralea llamadas “ligas patrióticas”, encargadas de “chilenizar” Tarapacá, Arica y Tacna; chilenizaban en la única forma que la oligarquía y la burguesía nortina sabía hacer, agrediendo, atentando y asesinando inmigrantes, muchos de ellos nacidos y criados en los antiguos territorios peruanos, recién anexados a Chile en vista del tratado de Ancón; hoy tenemos a otro ejemplar de la misma derecha sosteniendo que debemos “restringir” a los extranjeros de Chile y cita el término “legislación moderna”, entiendiendo que moderno es lo que proviene del acta anti-inmigratoria de Arizona, la cual desató el estallido del movimiento de migrantes ilegales por el derecho a vivir y prosperar en una patria “Libre” como lo “es” Estados Unidos. ¿Quien es el señor Longueira para privar del sueño de un futuro mejor a nuestros hermanos latinoamericanos?, ¿Qué pretende iniciar con esta retórica xenófoba?, ¿no cree acaso que muchos de esos trabajadores con su trabajo engrosaron los bolsillos de los dueños de Chile, por ende, del “desarrollo del país”?, ¿Qué espera Longueira de los chilenos que atienden a sus palabras… empatía con su xenofobia, sentido común de la nación, “seriedad”?, ¿Longueira de veras vive en la provincia ideal de la clase dominante donde los demás pueblos hermanos son inferiores?...
Lo que si debemos saber con certeza es que estas actitudes hacia los inmigrantes no son sino la fiel expresión de la imagen que ellos tienen de todo el pueblo, sin importar nacionalidad ni raza, gente de la cual creen poder prescindir por medio de leyes y gobiernos, de la cual creen dominar a cabalidad, pero estas mismas actitudes nos deben hacer reflexionar y actuar, porque cuando la clase dominante, históricamente, ha recurrido a estos argumentos, es porque su modelo y su establishment están al borde de irse al carajo mismo, buscando culpar su propio fracaso avaro y egoísta, sean estos peruanos, bolivianos, colombianos, cubanos, mapuches, comunistas, violentistas, pobres…son todos los mismo de forma dialéctica, la prueba del fracaso del modelo y el pueblo que existe, vive y reclama sus derechos fundamentales en aras de la libertad, la igualdad y la solidaridad, valores cardinales que han de regir, no nuestra vida constitucional actual, que permite que sandeces de tamaña envergadura se puedan pronunciar de forma “seria”, sino de las mentes y los cuerpos de la gente que de a poco despierta contra los abusos y el desprecio centenario de los que mandan y han arruinado su vida y destino por siglos.
Xenofobia emerges cuando el Fascismo y el terror de los poderosos afloran.
*disculpen si es una mala redacción, escribir puede ser terapéutico.