jueves, 19 de diciembre de 2013

La situación politíca después de la segunda vuelta

Por Alvaro Morales
Michelle Bachelet ganó las elecciones presidenciales de nuestro país en el ballotaje, con una votación que supera claramente el 60% de los votos, contra la candidata de la Alianza, Evelyn Matthei en una elección que estaba predicha de antemano, lo que faltaba era el resultado.


El nuevo gobierno va a tener que hacer frente a todas las promesas que realizó en campaña (educación pública, gratuita y de calidad, salud digna para todos, AFP estatal, nueva constitución, reforma tributaria, etc.) con una amplia mayoría en el parlamento y con una sociedad esperanzada en que ella y el gobierno que encabezará las llevara adelante. La Concertación o nueva mayoría o como se llame y los partidos que la componen tienen la misión de repartirse el gobierno a destajo, buscando cada partido llevarse la cuota mayor de ministerios, subsecretarias, intendencias, seremis, gobernadores y muchos otros cargos de “exclusiva confianza” del presidente, y acá entran muchos “ministeriables” de cada partido, no me extrañaría que Camilo Escalona sea ministro o alguien que perdió una candidatura a diputado sea intendente de alguna región o que un candidato perdedor de consejero regional o un ex alcalde sea SEREMI o gobernador provincial. También como misión tendrá la de escuchar a los movimientos sociales y locales que nacen de muchos sectores de nuestro país, hacer todo lo necesario para que se escuchen sus legitimas demandas y no caer en el espurio lobby de algunos de sus amigos, para ayudar a los que pagan a estos lobbistas, grandes corporaciones y grupos de presión.

En la vereda del frente, la derrotada derecha tiene que ser autocrítica, revisarse internamente de lo que hicieron mal para esta derrota aplastante, en todas las elecciones, tanto presidenciales como parlamentarias, nuevos rostros tienen que surgir, Felipe Kast o José Manuel Ossandon entre otros, teniendo que darse en retirada gente canosa y sin nuevas ideas, los Larrain, Coloma, entre muchos otros que desde su puesto dirigencial son responsables de la debacle electoral de la derecha, llevando la derecha a una reconvención a una derecha liberal, dejando de lado el conservadurismo aberrante que trató de llevar la candidata Matthei con frases lamentables como “No haré nada en contra de lo que la Biblia señala” dejándola como una persona enviada de siglo XIX desde un campo de EE.UU. El principal ganador de la derecha es el presidente, Sebastián Piñera, que no se desgastó en apoyar a una candidata derrotada y se abocó a gobernar, es el principal presidenciable de la derecha en el 2017, aunque a muchos no le guste.


Tocando el tema de la abstención, que es cercana al 60% de la población con derecho a voto, es preocupante porque se da la señal que da lo mismo quien gobierne, da lo mismo esta elección para el chileno común y corriente; es sabido que mientras más cambios posibles pueden haber en una elección, más gente se acerca a votar; así que es misión de la clase política hacer más interesante las elecciones, no a través del cohecho y de las regalías, sino que hacer propuestas innovadoras y cumplirlas cuando sea gobierno, para que se sienta que la elección es importante para el rumbo que tomará el país.

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